Cuando compré el portátil desde el que escribo, una de las primeras cosas que hice fue quitar el Windows XP Home Edition que venía de fábrica y poner Windows 2000 Professional. Esto puede parecer una estupidez, pero en aquella época, Windows XP era relativamente nuevo (no había salido ni el Service Pack 1, si la memoria no me falla) y, encima, la versión Home venía capada (ahora que lo pienso, sigue estando capada): no había opciones sencillas de administración de permisos de acceso y cosillas así.
Bueno, puesto que entonces el acceso a NTFS en Linux era, cuando menos, complejo (no había cosas como ndiswrap o NTFS-3G). Así que particioné todo en FAT32 (sí, sí, ¿para qué quiero entonces todo el soporte de permisos de acceso? Nunca he dicho que fuera coherente conmigo mismo). Pasando el tiempo, compré una unidad externa para discos duros IDE de 3,5 pulgadas con conexión USB. No me compliqué y dejé la partición FAT32 que venía de fábrica. FAT32 no es un sistema de ficheros especialmente bueno: es tan propenso a perder información como FAT16, pero en montones más grandes. Pero... lo entienden casi todos los sistemas operativos.
Así que, hace dos días, después de quitar de enmedio unos cuantos GiB del mismo: vídeos familiares de BBC (bodas, bautizos y comuniones), vídeos descargados tiempo ha como Revelations y morralla variada, me dispuse a desfragmentarlo. Sí, esa tarea que ha consumido horas y horas de encendido de equipos desde 1981 (y no antes porque no existía el IBM PC). Considerando el tiempo que llevaba usando el disco, es un milagro que no lo hubiera hecho antes.
Dos días después (aproximadamente) de empezar, el proceso acabó. Pero, como uno ya está escaldado (y, esta vez, suficientemente lúcido como para darse cuenta), pedí un nuevo análisis del disco. ¡Oh, sorpresa! El disco, aunque Windows afirmaba que ya estaba listo, seguía teniendo, a ojímetro compensado, más de un 20% de fragmentación. "En mis tiempos...", cuando desfragmentabas un disco, quedaba desfragmentado. Todo, excepto lo que realmente no se pudiera mover, como los archivos de sistema. ¿Tan difícil es defragmentar FAT32? No debe serlo, porque la segunda ejecución está avanzando (¿pero no estaba ya desfragmentada la partición) a buen ritmo. La única explicación razonable que se me ocurre es que mantener toda la información para hacer la operación bien requiere mucha memoria... pero el programa "sólo" está ocupando aproximadamente 36Mib en memoria (y yo tengo tres cuartos de GiB). ¿Vuelve Microsoft a hacer de las suyas? ¿Es esto otro intento solapado de hacer que la gente migre a NTFS? (Lo cual, por otro lado, tampoco sería _tan_ terrible, ahora que hay mecanismos probados para usarlo desde Linux). No lo sé. De momento, me basta con saber que el segundo desfragmentado parece estar haciendo las cosas bien, para variar. Hala, hasta otro rato.